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  • Redacción

Un esfuerzo, un diploma, una sonrisa para el futuro

El proyecto Trayectorias Juveniles (TJ) de la Fundación Paniamor se implementa en la provincia de Limón, Costa Rica, una región donde la población joven presenta un alto índice de exclusión del mercado laboral formal, baja escolarización y está expuesta a todo tipo de explotación. El propósito del proyecto es el de contribuir a la implementación de alternativas de formación de calidad basadas en el puesto de trabajo dirigidas a esta población joven y vulnerable.

Foto cedida por: Nathalie Arellano, tomada luego de su graduación.

El pasado 23 de septiembre y después de seis meses de esfuerzos continuos, una treintena de jóvenes, entre 15 y 20 años, integrantes de la tercera cohorte del proyecto TJ, recibieron los diplomas de sus formaciones en habilidades blandas y formación práctica en un puesto de trabajo formal.


Las competencias generales allí impartidas, se han focalizado en el desarrollo de la inteligencia social y emocional tan solicitadas actualmente en el mercado laboral.


Un caso de éxito

Almacenes el Colono es uno de los socios locales que decidió apoyar al proyecto, abriendo sus puertas para que jóvenes tengan allí una primera experiencia laboral.


“Jennyfer se ha comportado a la altura en muchos aspectos: tiene una mística laboral importante. Deja un parámetro y un reto a los demás jóvenes que busquen hacer una formación práctica en un puesto de trabajo, tendrán que ser iguales o mejores en su desempeño porque ella demostró ser una persona muy capaz”, afirmó Carlos Vázquez, supervisor de ventas de la sucursal de Siquirres.


Fotos: Henry Bautista/IBCR

Jennyfer es una chica de 20 años habitante de Siquirres, provincia de Limón, Costa Rica. La maternidad la sorprendió a muy temprana edad y no pudo terminar su bachillerato, la figura paterna está ausente en su hogar, tiene dos hermanas y 5 hermanos y por ser la mayor en la familia ha debido asumir la responsabilidad – cuando la situación lo permite - de aportar ingresos para cubrir las necesidades básicas como las de tener el pan de cada día.


Según su mamá la decisión de que Jennyfer participara en el proyecto TJ no fue fácil de tomar, pero prevaleció su sueño de madre de verla abrirse un camino prometedor y mejorar el futuro de la familia.


La vida para Jennyfer y su familia no ha sido nada fácil. En su figura y su rostro podemos leer los contrastes de sus vivencias. De un lado sus grandes ojos nos cuentan historias con cargas de tristeza y de otro lado su constante sonrisa generosa nos dice que ella cree un futuro mejor.


Como resultado de su dedicación, de su liderazgo natural y su inteligencia, el proyecto TJ la contrató para ser parte de su equipo como líder facilitadora en el programa de Siquirres. Además, acaba de ganar una beca para hacer una carrera técnica de secretariado patrocinada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Costa Rica. No cabe duda de que Jennyfer es un ejemplo de superación personal y una muestra de que el proyecto TJ genera un impacto positivo en la vida de quienes allí participan.


Nuestro aporte desde la comunicación participativa.

Durante los primeros meses de mi mandato, como asesor en comunicación en la Fundación PANIAMOR, realicé una serie de tareas que buscaban fortalecer la comunicación externa institucional: reorganizamos la estrategia de comunicación digital, cambiamos la manera de narrar sus acciones a través del uso del storytelling para mostrar las historias de éxito y sistematizamos sus mejores prácticas.


Con el tiempo fuimos dando un giro en mis acciones para crear una estrategia de comunicación que generara ahora un impacto en los participantes de un proyecto específico. Coincidimos con la dirección de la Fundación en dar al ejercicio de la comunicación un valor más allá del carácter instrumental como emisor de mensajes y de ayuda didáctica. Quisimos subrayar su potencial dialógico y transformador para alcanzar procesos de formación ciudadana y de articulación colectiva para el cambio social.


Iniciamos así, una experiencia piloto con el proyecto Trayectorias Juveniles en Limón. Hicimos presencia no sólo para hacer un registro audiovisual de las actividades, sino que también ayudamos a desmitificar poco a poco herramientas de comunicación como la cámara, el micrófono y la presencia escénica. Durante la evaluación de la actividad, constatamos que la comunicación se había convertido en un actor clave como generador de espacios de confianza entre los grupos de jóvenes. Así nació la idea de proponer un taller en comunicación participativa como componente del pensum de formación complementaria.


En este taller de 36 horas Herramientas de comunicación: el video social participativo, participaron 24 jóvenes (17 chicas y 7 chicos) bajo la consigna de aprender haciendo. Las temáticas abordadas fueron: diferencias entre la comunicación convencional y la comunicación alternativa; mapeo de medios de comunicación local; introducción al video social comunitario; Introducción al lenguaje audiovisual (la expresividad de los planos y composición); la preproducción video (ideación y escritura de la historia) y su producción.


A pesar del gran potencial de este medio, debe enfatizarse que el video no es un fin en sí mismo. Esta herramienta de trabajo transformó este taller en un proceso de mediación adaptado a las necesidades del proyecto TJ y de su público joven bajo estas premisas: participación, transformación social, empoderamiento, promoción de la autoestima, de la creatividad y de la libertad de expresión. El grupo de jóvenes tuvo un espacio para transmitir sus propias ideas de manera espontánea, creativa y apropiada en esta era de comunicación digital.



Mi mandato en Costa Rica como voluntario culminó hace 5 meses y a pesar de la distancia geográfica que nos separa, los mensajes de este grupo de jóvenes que expresaban su alegría y gratitud despertaron en mi ser una explosión de emociones que inspiraron este texto. Como trabajador humanitario quiero expresar que para que nuestros mandatos y nuestras acciones no tengan fecha de vencimiento, cada pequeño cambio individual o colectivo que se produzca en las generaciones que nos suceden deben conllevar a cambios durables en el tiempo.


«Yo estoy muy contento de poder, junto con el IBCR, contribuir a la puesta en marcha de estos cambios»

La Fundación Paniamor trabaja para una Costa Rica donde la niñez y la adolescencia tengan una vida llena de luz y de valor, sin violencia ni discriminación. Con esta visión Paniamor despliega sus esfuerzos en todo el territorio nacional enfocando su trabajo en dos líneas de acción: prevención y respuesta a la violencia e inclusión social. El proyecto Trayectorias Juveniles/YouthPathways CR, se enmarca en esta segunda línea de acción y es ejecutado en conjunto con YouthBuild Internacional con el auspicio del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL).


Por Henry Bautista: consejero en comunicación en Costa Rica en el marco del Programa de Cooperación Voluntaria del IBCR. Proyecto Protección de los derechos de la infancia, mujeres y otras comunidades vulnerables. Realizado con el apoyo del gobierno de Canadá a través de Global Affairs Canadá.

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