Terremoto de Limón: a 34 años de una de las tragedias más impactantes

El epicentro del sismo se ubicó cerca de Pandora de Valle de la Estrella, en el Caribe sur.

Un 22 de abril pero en 1991, la provincia de Limón vivió uno de los momentos más trágicos y recordados de su historia. A las 3:57 de la tarde, un terremoto de magnitud 7.7 sacudió la costa caribeña del país, dejando una profunda huella en la memoria de todo un pueblo.

El epicentro del sismo se ubicó cerca de Pandora de Valle de la Estrella, en el Caribe sur. La fuerza del temblor se sintió en todo el país, y también en regiones de Panamá. Las consecuencias fueron devastadoras: más de 48 personas fallecieron, cientos resultaron heridas y miles de familias perdieron sus hogares.

Además de los daños humanos, la infraestructura de la provincia sufrió enormes afectaciones. Carreteras destruidas, comunidades incomunicadas, edificios colapsados y servicios básicos interrumpidos marcaron los días siguientes al desastre.

Las réplicas continuaron durante semanas, y aunque la tierra se fue calmando, el miedo y la incertidumbre persistieron por mucho tiempo.

Pero el terremoto no solo dejó destrucción. También mostró el espíritu de solidaridad de Costa Rica. Personas de todo el país se unieron para ayudar a la provincia de Limón en su recuperación. La tragedia también marcó un antes y un después en la forma en que se abordó la prevención y respuesta ante emergencias en el país.

Hoy, 34 años después, este evento sigue siendo un recordatorio de que vivimos en un país sísmico, donde la preparación, la educación y la prevención salvan vidas.

Más allá del desastre, el terremoto de Limón también es símbolo de resiliencia. La provincia se levantó, se reconstruyó y siguió adelante con fuerza, así como lo ha hecho siempre su gente.