El Padre Luis Enrique Madrigal era un joven seminarista, cuando sirvió de acolito al santo Padre Juan Pablo II, durante la única visita de un sumo pontífice a nuestro país.
Fue hace 40 años, un jueves 3 de marzo, durante una misa en el Parque Metropolitano La Sabana, la cual asistió una multitud de personas para ver al entonces máximo jerarca de la Iglesia Católica.
Como es costumbre para la Santa Misa se ocupan de personas que asistan al Papa durante la celebración, se escogieron a cinco seminaristas representantes de las diócesis del país.
“Fue una enorme alegría que se convirtió en responsabilidad, el único requisito que me pidieron era usar sotana, era algo que no se caracterizaba, corrí a pedir una, no me acuerdo ni quien me la prestó, también recuerdo que fue un día muy caluroso, sudaba por la congoja” comentó el sacerdote.
El padre recuerda que se improvisó una sacristía, donde se revistieron todos lo que serviría en la misa, incluso se revistió el Santo Padre, para celebrar la eucaristía, “cuando llegó el Papa, nos saludó uno por uno, hicimos una fila, salimos en procesión, estuvimos muy cerca de él, asistiéndole en lo que necesitaba, al terminar salimos en procesión y nuevamente nos agradeció uno a uno por el servicio, nos regaló un rosario que aún lo mantengo conmigo, fue impactante ver ese hombre alto, y de semblante alegre” explicó.
Para este sacerdote, esta experiencia fue un regalo de Dios, ya que siempre le ha guardado una admiración a este Papa, pero también para su vocación, en ese momento era un joven seminarista, “el poder compartir con al santo Padre Juan Pablo II, es algo que no lo puedo explicar en palabras, es algo complicado, me trasmitió una paz, un carisma, algo bonito que no logró explicar, algo más allá de mi humanidad, algo de Dios” recordó Madrigal.
El Padre Luis Enrique, actual Vicario Parroquial invitó a las personas a acercarse a las actividades de Semana Santa en la Catedral de Limón.
“Será una manera de acercarse también al Señor, que nos espera con los brazos abiertos, un Dios misericordioso como él nos recuerda” concluyó.
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