Desde tempranas horas de la mañana de este domingo, los residentes de la comunidad costera de Piuta, reportaron a las autoridades la aparición de diez tortugas verdes sin vida y con sus extremidades atadas.
Estos animales, parecían haber sido víctimas de cazadores que buscan lucrarse a través de la venta de huevos, carne y otras partes del cuerpo de estos reptiles.
Randall Villalta, un especialista en tortugas marinas que trabaja con una asociación dedicada a la preservación de la vida silvestre, se presentó al lugar para examinar detenidamente la situación.
Villalta expresó su consternación ante lo que considera un acto movido por la avaricia humana, en el que los cazadores no solo privaron a estas tortugas de sus vidas, sino que también destruyeron sus huevos, impidiendo con ello la posibilidad de que nuevas crías lleguen al mundo.
"Es una especie vulnerable que desova en las playas del Caribe durante los meses de junio y julio y está ahora en peligro de extinción debido a actos como estos", dijo el especialista.
Según Villalta "los huevecillos que estas tortugas depositan en la arena dan vida a crías que nacen a mediados del mes de octubre".
En la escena del crimen se observaron huevos destrozados, situación que agrava aun más el daño y se co
nvierte en un mal presagio para el futuro de la especie.
"Una de las principales motivaciones detrás de esta brutal caza ilegal es la comercialización de la carne de tortuga verde esto por cuánto una tortuga madura puede alcanzar un peso de hasta 80 kilogramos, lo que representa un negocio importante para los cazadores, pues el kilo de esta carne se comercializa en un precio que oscila entre los 5.000 colones por kilo lo que podría generar de 400.000 a 500.000 mil colones por cada tortuga vendida en el mercado negro de esta ilícita actividad, por lo que estas 10 tortugas verdes, podrían haber generado de 5 millones a 6 millones de colones de ganancias".
La carne y otras partes del cuerpo de las tortugas incluidas las aletas y los huevos, también son objeto del comercio ilícito en Puerto Limón.
El especialista instó a la población a tomar medidas para detener esta cruel práctica.
"Hago un llamado a dejar de comprar carne de tortuga y a no apoyar esta industria inhumana y tan cruel en el proceso de la caza y muerte de estos centenarios habitantes del planeta", aseguró.
Villalta finalizó destacando "la importancia de la supervivencia de la tortuga verde está en juego, la comercialización de estas especies amenazadas se ha arraigado en la cultura local, pero es fundamental cambiar estas prácticas y actitudes para asegurar un futuro sostenible para estas criaturas y para el ecosistema marino en su conjunto".
Al cierre de esta nota, las autoridades del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) no se habían presentado para determinar que respuesta dar al estado en descomposición en que se encontraba estas 10 tortugas verdes, testigos de hecho del actuar irracional del ser humano.
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