Un total de 75 familias cabécares de Alto Chirripó, territorio indígena de Talamanca, dieron el primer paso hacia el sueño de tener viviendas propias y adaptadas a sus tradiciones. Formalizando operaciones de Bono Familiar de Vivienda, el Banco Popular y de Desarrollo Comunal aprobó ₡1.470 millones para edificar casas que respetan la esencia de la arquitectura pasiva y las costumbres ancestrales.
Más del 90% de las beneficiadas son núcleos familiares liderados por mujeres. Las casas, diseñadas en consenso con la comunidad, incorporan espacios familiares y ambientes que reflejan las tradiciones de la región, con predominio de madera y pilotes. Estas soluciones arquitectónicas buscan no solo brindar seguridad ante inundaciones sino también fomentar la socialización.
El Banco Popular y de Desarrollo Comunal supervisará tanto las obras como los recursos, asegurando que los ₡1.470 millones destinados al proyecto se traduzcan en hogares de calidad. Gina Carvajal, Gerente General del Banco, destaca el compromiso social de la entidad y su contribución a mejorar la calidad de vida de las comunidades.
El diseño, elaborado en colaboración con las comunidades, utiliza madera importada, tratada y certificada para paredes, pisos, estructura de techo y cielo raso. Las casas se elevan sobre pilotes en pedestales de concreto, adaptándose a la topografía y necesidades familiares. Se incluye un sistema de generación de energía fotovoltaica para garantizar iluminación nocturna y suministro eléctrico.
El desarrollo en Alto Chirripó enfrenta el desafío de construir en terrenos de difícil acceso, generando empleo y encadenamientos productivos locales. Este proyecto, además de proveer soluciones de vivienda, se estima que generará alrededor de 200 empleos directos e indirectos, fortaleciendo la economía de la zona.
El proyecto en Alto Chirripó no solo representa la construcción de viviendas, sino un compromiso profundo con la identidad cultural y las condiciones del entorno.
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